tag:blogger.com,1999:blog-3611857690370064172024-03-14T00:33:01.767-07:00cuaderno de fragmentosAPUNTES DE ANTONIO S. RÍO VÁZQUEZAntonio Ríohttp://www.blogger.com/profile/18025177775176482858noreply@blogger.comBlogger15125tag:blogger.com,1999:blog-361185769037006417.post-20939004725741714402023-04-23T15:48:00.001-07:002023-04-25T03:50:46.049-07:00Proyectar y hacer<div><p style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiLghzVf67oB4N9iPgjgyqr_uJubdiTNyQIONEXJkOVX-O0N3GNxBR5GOhhGwZInWCA-STlk2Nerj7F5iAjO0Vtv9CJ076MN6cPp-6J_xAIZmvXcZpddaxxk88jaBAfiTAZSxcXc_srWT9lJUv_aPk69Ft-eSjbywsaz2rd1tpej3xx_ZJHRxGiylA_/s3157/IMG_20230421_095318.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2445" data-original-width="3157" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiLghzVf67oB4N9iPgjgyqr_uJubdiTNyQIONEXJkOVX-O0N3GNxBR5GOhhGwZInWCA-STlk2Nerj7F5iAjO0Vtv9CJ076MN6cPp-6J_xAIZmvXcZpddaxxk88jaBAfiTAZSxcXc_srWT9lJUv_aPk69Ft-eSjbywsaz2rd1tpej3xx_ZJHRxGiylA_/s16000/IMG_20230421_095318.jpg"></a></div><br></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Llego a una cita en Compostela con algo de antelación, lo que me permite dedicar un tiempo a pasear por el casco histórico, aprovechando que el sol ya ha conquistado las primeras horas de la mañana. Decido recorrer el trazado que hubiese tenido la <a href="https://revistas.usc.gal/index.php/quintana/article/view/8733" target="_blank">calle proyectada por Antonio Palacios entre 1932 y 1935</a>, desde San Clemente a la plaza del Obradoiro. </span></div><p></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Intento, mentalmente, construir el perfil de la vía propuesta. Ver cómo integraría las diferencias de cotas desde Porta Faxeira al Pazo de Raxoi y qué hubiese conservado y destruido del antiguo caserío y las rúas medievales, utilizando como referencia un plano turístico en una valla publicitaria. La calle se llena de vida con la gente que entra y sale de la comisaría y de la oficina de correos, y varias veces debo apartarme por las furgonetas que realizan las labores de carga y descarga en su horario habitual.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Antes de alcanzar la catedral decido refugiarme en el Jardín de Fonseca, uno de los espacios verdes que Palacios hubiese integrado en su <span>«</span>Calle Galicia<span>». Allí, la arquitectura vegetal se vuelve protagonista, compitiendo con las torres pétreas, especialmente el gran <i>ginkgo biloba</i> que tiñe de amarillo la escena. Este longevo ejemplar, que perdió a su compañera hace unos años, es de los pocos supervivientes del Jardín Botánico de la Universidad que hubo en ese lugar, con más de mil especies diferentes.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><span>Ahora son miles de palabras grabadas en granito las que habitan el </span><a href="https://compostelaliteraria.gal/xardin-das-pedras-que-falan/" target="_blank"><span>«</span><span>Xardín das pedras que falan</span><span>»</span></a><span>, una iniciativa del escritor Suso de Toro dirigida por el poeta Claudio Rodríguez Fer y diseñada por Pepe Barro y Olivia Fernández. Partiendo de un verso de Rosalía de Castro, fragmentos literarios en varias lenguas van conformando una espiral infinita... </span><span>«</span><span>Le long de la ligne de cœur un gisement d’infini</span><span>» (Zéno Bianu).</span></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><span>Antes de abandonar el jardín, me detengo a observar el dintel de la puerta de acceso. Allí aparece escrito: </span><span>«Se proyectó e hizo este jardín en el Rectorado del Sr. Dr. D. Juan José Viñas</span><span></span><span>». </span><span>«</span><span>Se proyectó</span><span>»</span><span> aparece en cursiva, porque es diferente del </span></span><span style="font-size: medium;"><span>«</span></span><span style="font-size: medium;"><span>hizo</span></span><span style="font-size: medium;"><span></span><span>»</span></span><span style="font-size: medium;"><span>. Podrían haber indicado solo una de las acciones, pero quisieron recordar las dos a quien visite el lugar, porque ambas son valiosas y necesarias: el pensar y el materializar, el proponer y el concluir, el proyectar y el hacer. </span></span><span style="font-size: small;"><span></span><span></span></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span> </span></span><span></span></p>Antonio Ríohttp://www.blogger.com/profile/18025177775176482858noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-361185769037006417.post-57798209850024653192023-04-08T16:33:00.006-07:002023-04-09T02:15:11.004-07:00Restos de papel<div style="text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><p><span style="font-size: medium;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhdFbyrtv68l0nNHRIOxLI-sOZ5HKA_iVtpNkRmKifIVTNdn6JR1s5z3kMJyUX6CexKwgVdaT0UXb4weQWyinTIc3flwVdfprDwY8tP76DnKcF5a7QmpS5D2Ba2l58EuVIwNR6gTEnzgw5-8i8GP2Ilmbn2qxjJRljBxG8yaf_sKiPYrUGvz26MA_ys/s6000/evelyn-liow-2cE7CmFsMHQ-unsplash.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4000" data-original-width="6000" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhdFbyrtv68l0nNHRIOxLI-sOZ5HKA_iVtpNkRmKifIVTNdn6JR1s5z3kMJyUX6CexKwgVdaT0UXb4weQWyinTIc3flwVdfprDwY8tP76DnKcF5a7QmpS5D2Ba2l58EuVIwNR6gTEnzgw5-8i8GP2Ilmbn2qxjJRljBxG8yaf_sKiPYrUGvz26MA_ys/w640-h426/evelyn-liow-2cE7CmFsMHQ-unsplash.jpg" width="640" /></a></span></p></div><p></p></div><div style="text-align: justify;"><p><span style="font-size: medium;">La reforma en la legislación farmacéutica que está preparando la Comisión Europea —escucho en uno de los informativos que emiten por televisión al mediodía— podría implicar la desaparición de los prospectos de los medicamentos y su sustitución por códigos que tendríamos que leer desde nuestros teléfonos. La medida supondría un notable ahorro de papel y la posibilidad de que la información que se le suministre al paciente esté siempre actualizada, pero tendría el inconveniente de los medios y el conocimiento necesario para poder acceder a esa información, especialmente en países con un importante porcentaje de la población envejecida. </span></p></div><div style="text-align: justify;"><p></p></div><div style="text-align: justify;"><p><span style="font-size: medium;">A continuación, entrevistan a varias personas a pie de calle. Algunas —de edades muy diferentes— explican que, normalmente, no leen el prospecto, pues ya saben como deben tomar la medicación, y solo lo hacen en casos de problemas u omisiones con las tomas. Otras dicen que lo que hacen habitualmente es tirarlo, por lo que su desaparición no conllevaría una gran pérdida. Finalmente, un joven argumenta que ya dispone de esa información en internet, y allí acudiría en caso de necesidad. Añade algo más que, por lo sorprendente que me parece, me queda grabado: dice que nunca ha impreso un billete en su vida.</span></p></div><div style="text-align: justify;"><p><span style="font-size: medium;">Billetes de tren, tarjetas de embarque, entradas a espectáculos... pienso en todos esos trozos de papel que, antes de los prospectos, han ido desapareciendo de nuestras manos, sustituidos por distintos códigos que nosotros ya no leemos. Recuerdo entonces la cita con la que comienza el libro <a href="https://www.google.es/books/edition/La_informaci%C3%B3n/d_iBaqKmMY8C?hl=es&gbpv=0">La información. Historia y realidad</a>, de James Gleick, tomada de la novela <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Dientes_blancos">Dientes blancos</a> de Zadie Smith: «En cualquier caso, aquellos billetes, los viejos, no te decían hacia dónde te dirigías, y mucho menos desde dónde venías. Tampoco recordaba haber visto en ellos fecha alguna, y, por supuesto no se indicaba ninguna hora. Ni que decir tiene que ahora todo es distinto. Toda esta información. Y Archie se preguntaba por qué esto es así». </span></p></div><div style="text-align: justify;"><p><span style="font-size: medium;">Gleick añade una segunda cita bajo la anterior: «Lo que llamamos pasado está construido por retazos», de John Archibald Wheeler, más sugerente en su idioma original: «What we call the past is built on bits», pues, cada vez, nuestra historia se construye con menos restos de papel y más dígitos binarios. Tanto lo que escribo en estas notas como lo que explica lo que compramos en la farmacia.</span></p></div><div style="text-align: justify;"></div><div style="text-align: right;"><span style="font-size: small;">Imagen: Evelyn Liow</span><br /></div>Antonio Ríohttp://www.blogger.com/profile/18025177775176482858noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-361185769037006417.post-22878557261656847202022-06-07T16:31:00.017-07:002022-06-08T00:49:44.096-07:00Biblioteca Joanina <p style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-size: small;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhmjhZjJ_QebEdSo3gi4xFoat6wmXU7ts04Qx3erNRkpIwzLyP8tUeDkvmGV6qEDNJ0tPyF0VmKn-jvcaU_HxP7Vz0lecJjsrNUKxuZv9-PfxeaIcJwOzo_aiWXd2_Oh9nVNU8A0rhnGhWDIe504qtjtzpKQp9bTiYvQ7SDa5gj6yF5tASiIwGiQ2_c/s1900/020-library-biblioteca-coimbra.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1584" data-original-width="1900" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhmjhZjJ_QebEdSo3gi4xFoat6wmXU7ts04Qx3erNRkpIwzLyP8tUeDkvmGV6qEDNJ0tPyF0VmKn-jvcaU_HxP7Vz0lecJjsrNUKxuZv9-PfxeaIcJwOzo_aiWXd2_Oh9nVNU8A0rhnGhWDIe504qtjtzpKQp9bTiYvQ7SDa5gj6yF5tASiIwGiQ2_c/s16000/020-library-biblioteca-coimbra.jpg" /></a></span></div><span style="font-size: small;"><br /><span style="font-size: medium;">Para alcanzar la <a href="http://visituc.uc.pt/es/biblioteca/">Biblioteca Joanina</a> hay que ascender hasta lo más alto de la ciudad. Allí, en el lugar de poder disputado en el medievo por la nobleza y el clero, se quiso asentar también<span> «la sede que Augusta Coimbra ha dado a los libros, para que la biblioteca la corone</span><span><span>»</span>. </span><span>Recordándonos el esfuerzo que supone alcanzar el conocimiento, calles estrechas y escaleras eternas conducen a su encuentro en la </span><span><span><i>Alta Universitária</i></span>, como reservando su acceso, al igual que sucedía con la biblioteca de <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/El_nombre_de_la_rosa"><i>El nombre de la rosa</i></a>. Pero aquí no son solo monjes privilegiados los que revisan los libros, si no un flujo permanente de turistas en un espacio que ahora forma parte de la <a href="https://www.uc.pt/bguc">Biblioteca Geral da Universidade de Coímbra</a>.<br /></span></span></span><p></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">La biblioteca es un gran cofre, un volumen prismático de pesados muros, situado perpendicular a la capilla inmediata y asentado en la ladera, en un extremo del patio de la Facultad de Derecho. En la visita se llega desde abajo, en un nuevo ascenso, ya interior. Resulta curioso </span><span style="font-size: medium;"><span>—</span>y significativo</span><span style="font-size: medium;">— que la prisión académica se situara bajo la biblioteca, justo donde comenzamos nuestro recorrido, para atravesar después la planta intermedia, destinada a depósito de libros. Estudiantes y libros encarcelados, aguardando obtener su lugar en la Universidad.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Desde un pequeño paso lateral alcanzamos la planta noble: el gran espacio dividido en tres salas repletas de libros, y presididas por figuras femeninas alegóricas que nos observan desde el cielo: la <i>Bibliotecae Imago</i> </span><span style="font-size: medium;">—la sabiduría encarnada en la propia biblioteca</span><span style="font-size: medium;">—, la <i>Universidad</i> </span><span style="font-size: medium;"> </span><span style="font-size: medium;">—la búsqueda del conocimiento</span><span style="font-size: medium;">— y la <i>Enciclopedia</i> </span><span style="font-size: medium;">—la reunión de las distintas disciplinas de la ciencia y la cultura</span><span style="font-size: medium;">—. En ellas se expresa la idea de la biblioteca como el templo del saber, como fundamento para llegar a nuevos horizontes de conocimiento gracias al cobijo de la institución universitaria.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-size: small;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhBg3qcqiWXZiJxtntj407pfGbwem_QIIQ3246nn3aIx3J34q2Q5TUDCHz0td56ED84vCZ3RTE68ANwGq7BrkPHEAz_1CESrufV5NbMxCSFLh7Gpbri5kXKXh0L0wuqUoMOkunB0q-SCez9_E0BABBX2-9WNgedDkQVe0vSKOtu6dJjkfGRPRVXSMx3/s1600/Planta9.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1206" data-original-width="1600" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhBg3qcqiWXZiJxtntj407pfGbwem_QIIQ3246nn3aIx3J34q2Q5TUDCHz0td56ED84vCZ3RTE68ANwGq7BrkPHEAz_1CESrufV5NbMxCSFLh7Gpbri5kXKXh0L0wuqUoMOkunB0q-SCez9_E0BABBX2-9WNgedDkQVe0vSKOtu6dJjkfGRPRVXSMx3/s16000/Planta9.jpg" /></a></span></div><span style="font-size: small;"><br /><span style="font-size: medium;">Siempre que me encuentro en una biblioteca monumental como esta tengo una doble sensación: primero uno se vuelve pequeño, abrumado e impresionado por la grandiosidad de la arquitectura y por el número de volúmenes almacenados. Después, me fijo en cómo todos ellos están accesibles, dispuestos para ser consultados, y pienso que esa doble cualidad es la razón de ser de una biblioteca: contener un universo en sí misma, y ofrecérselo a quien desee explorarlo.</span></span><p></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">La visita terminó devolviéndonos al exterior por la puerta principal. Acceder por la que hubiera sido la entrada lógica, reservada solo a personalidades y eventos especiales, nos hubiese privado de la secuencia espacial que permite entender la biblioteca en conjunto. Además la inscripción de la puerta nos da una última advertencia sobre su poderosa misión: </span><span style="font-size: medium;"><span>«</span><i>Lusiadae, hanc vobis Sapientia condidit arcem: ductores libri; miles et arma labor</i></span><span style="font-size: medium;"><span>»</span>. Algo así como </span><span style="font-size: medium;"><span><span>«</span></span>Lusos, la Sabiduría os ha dado esta fortaleza; por capitanes [tenéis] los libros, por soldados y armas el trabajo».</span></p>Antonio Ríohttp://www.blogger.com/profile/18025177775176482858noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-361185769037006417.post-62072702114271432392022-05-22T15:08:00.004-07:002023-04-25T03:54:39.879-07:00El requisito del prólogo<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgrqytBuSLicrVFPJJx4aQ_cBya9jApsSi3AezVWjQTq2aiGU6WsEHwzzq7WVqtpcE5mTxK0CGhS5bF78E340ugMkvaC-e_DR4rs_ufroZXzagZ6-4W4NBvA0w8vKuZNXjuWUJ1HSbVQdF2FID4QeIaLlqJ5fCI_V04mNxt-lqElUSrmEaV0ySHip5t/s995/lectora.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="762" data-original-width="995" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgrqytBuSLicrVFPJJx4aQ_cBya9jApsSi3AezVWjQTq2aiGU6WsEHwzzq7WVqtpcE5mTxK0CGhS5bF78E340ugMkvaC-e_DR4rs_ufroZXzagZ6-4W4NBvA0w8vKuZNXjuWUJ1HSbVQdF2FID4QeIaLlqJ5fCI_V04mNxt-lqElUSrmEaV0ySHip5t/s16000/lectora.jpg"></a></div><p></p><p style="text-align: justify;">Ordenando los libros de la biblioteca heredada, localizo varias primeras ediciones de <a href="https://www.primaveradasletras.gal/es/emilia-pardo-bazan/biografia">Emilia Pardo Bazán</a>. Al revisar el estado de <a href="https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/pascual-lopez-autobiografia-de-un-estudiante-de-medicina/html/2797a89c-7337-11e1-b1fb-00163ebf5e63.html"><i>Pascual López: autobiografía de un estudiante de medicina</i></a>, publicado en 1879, me detuve a leer las primeras páginas donde figura el <a href="https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/pascual-lopez-autobiografia-de-un-estudiante-de-medicina/html/2797a89c-7337-11e1-b1fb-00163ebf5e63_2.html#I_1_">prólogo</a> que, en esa edición original, escribió la propia autora<i>.</i></p><p style="text-align: justify;">En el texto establece una definición de prólogo, «de ordinario,
una disertación acerca de la índole y género
de la obra que encabeza; disertación que así
puede condensarse en escasas páginas como crecer,
a favor de lo elástico del asunto», para proceder después a una amplia reflexión sobre su conveniencia: «No encuentro yo ciertamente reparo grave que poner a esta usanza del prólogo, excepto que suena a literario reclamo lo de realzar con el barniz de un apellido brillante otro ignorado y modesto». De ese modo, la inclusión de un prólogo se vuelve un complemento pretencioso, como «quien decora con fachada opulenta pobre choza».</p><p style="text-align: justify;">Además de la idoneidad del prólogo, las páginas iniciales me atrayeron por otra cuestión, referida a la belleza, algo que Pardo Bazán introduce aludiendo a donde transcurre la obra: «son bellos para el pensador
los lugares que hablan con sus monumentos elocuentísimos,
con sus soberbias carcomidas piedras, con la silenciosa majestad
de su abandono», pero que también le sirve para exponer lo que me parece más relevante: plantear una definición de la belleza como aquello que es capaz de enseñarnos algo: «Más el punto estriba cabalmente
en que sea bella la obra. ¿Lo es mi novela? No estoy autorizada
para decirlo: mi voto es recusable. De encerrar <i>Pascual López</i>,
en su género, alguna verdadera belleza, contendría
también alguna enseñanza».</p><p style="text-align: justify;">Es bello lo que es capaz de enseñarnos algo. He pensado en su aplicación a distintas obras y disciplinas, y creo que resulta de gran validez, por lo menos como reflexión sobre el concepto de belleza, siempre tan difícil de concretar. En ese sentido, el prólogo de <i>Pascual López </i>me ha parecido bello, pues de él he aprendido algo nuevo, y me ha animado a leer el resto del libro, a pesar de la escasa confianza que depositaba la autora en su inicio: «Terminaré declarando con sinceridad que,
a pesar del amor que inspiran los hijos del entendimiento,
no me sorprenderá que esta obra se sumerja en el golfo
del olvido, donde anualmente caen tantos libros, quizás
más sazonados, gustosos y amenos».</p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Imagen: <a href="https://www.primaveradasletras.gal/es/la-casa-museo/museo/5/la-lectora"><i>La lectora</i></a>, pintura de autoría desconocida conservada en la <a href="https://www.primaveradasletras.gal/es/la-casa-museo">Casa-Museo Emilia Pardo Bazán</a></span> <br></p><p style="text-align: left;"><br></p>Antonio Ríohttp://www.blogger.com/profile/18025177775176482858noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-361185769037006417.post-112173237784788592022-05-08T14:37:00.005-07:002022-05-12T02:42:13.400-07:00Paralelo Guernica<p></p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjhQ5jA-8k4_Y8a_fsh8rfVgodpEIO0BJqZhXYuV2nmFlMeNxXJkKrU8hLqUJoeiOf9yVV7Ub0EpZYQbhQcMCqGTwjfAt_KIjdtufFFqy_xSzX6S6yl-TtJBwwNGQWEDZx-8eCPlQdRX_LBOXq20V2W-g25TGwro0OxKThOlrT0WTBoSrl9hXR6Zhs8/s4096/ETOBdZOX0AAfgPh.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2559" data-original-width="4096" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjhQ5jA-8k4_Y8a_fsh8rfVgodpEIO0BJqZhXYuV2nmFlMeNxXJkKrU8hLqUJoeiOf9yVV7Ub0EpZYQbhQcMCqGTwjfAt_KIjdtufFFqy_xSzX6S6yl-TtJBwwNGQWEDZx-8eCPlQdRX_LBOXq20V2W-g25TGwro0OxKThOlrT0WTBoSrl9hXR6Zhs8/s16000/ETOBdZOX0AAfgPh.jpg"></a></div><br><p></p><p style="text-align: justify;">Como si fueran lugares de confluencia temporal, en determinadas ocasiones vivimos momentos con nuestros hijos muy parecidos a los transcurridos con nuestros padres. Hace poco experimenté uno de esos episodios, cuando acompañé a los más jóvenes de la familia al Museo Reina Sofía a ver, por primera vez, el <a href="https://www.museoreinasofia.es/coleccion/obra/guernica" target="_blank">Guernica</a>, aunque esta vez la obra se encontraba en un <a href="https://www.museoreinasofia.es/coleccion/sala/sala-20510">espacio completamente diferente</a> a dónde yo lo había visto siendo un niño. </p><p style="text-align: justify;">Desde aquella ocasión he tenido la oportunidad de contemplar el cuadro de Picasso en varios emplazamientos diferentes, aunque ninguno resultó tan impactante como descubrirlo en el <a href="https://guernica.museoreinasofia.es/ubicacion/cason-del-buen-retiro-museo-del-prado-5790">Casón del Buen Retiro</a>. Recuerdo la <a href="https://guernica.museoreinasofia.es/documento/cason-del-buen-retiro">enorme urna de vidrio</a>, una imagen que se quedó grabada incluso más que la pintura que protegía. Tardé varias décadas en conocer quién había sido <a href="https://guernica.museoreinasofia.es/documentos/autor/garcia-de-paredes-jose-maria-4819">el autor de aquel cofre</a> tan singular, casi al tiempo en que volvía a visitarlo ya ubicado en el Reina Sofía.<br></p><p style="text-align: justify;"></p><p style="text-align: justify;"></p><p style="text-align: justify;">Los encuentros posteriores, aún siendo más recientes, se diluyen tenues en la memoria. En alguna ocasión la sala estaba prácticamente vacía, en otras, como la última vez, se encontraba llena de gente y resultaba complicado observar la obra. Desde una esquina comenzamos a percibir los detalles, fácilmente asimilables cuando los horrores de la guerra volvían a ocupar los titulares.</p><p style="text-align: justify;">La visita al museo coincidió con la lectura de <span><a href="https://www.anagrama-ed.es/libro/narrativas-hispanicas/obra-maestra/9788433999412/NH_688">«Obra maestra»</a>, de <a href="https://www.anagrama-ed.es/autor/tallon-juan-2448">Juan Tallón</a>, por lo que quise acercarme a ver de nuevo </span><a href="https://www.museoreinasofia.es/coleccion/obra/equal-parallel-guernica-bengasi-igual-paralelo-guernica-bengasi"><span><span>«</span>Equal-Parallel: Guernica-Bengasi</span></a><span><a href="https://www.museoreinasofia.es/coleccion/obra/equal-parallel-guernica-bengasi-igual-paralelo-guernica-bengasi">»</a>, la escultura de <a href="https://www.museoreinasofia.es/exposiciones/richard-serra">Richard Serra</a> protagonista de la novela y expuesta en la sala 102. Frente a la aglomeración de la del Guernica, esta se hallaba prácticamente vacía, y pudimos caminar en solitario entre los cuatro </span>bloques de acero corten. Alguien dijo que parecían cofres, desvelando un nuevo paralelismo entre este recorrido y aquel recuerdo recuperado del Casón del Buen Retiro.<span></span></p>Antonio Ríohttp://www.blogger.com/profile/18025177775176482858noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-361185769037006417.post-31497703148828133572022-04-23T03:00:00.009-07:002022-04-24T03:27:18.969-07:00La necesidad de una isla<p style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-size: small;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiLP5K5KrZIHX6B0LATqduvT3uGELbZGQP33oK-PDevFWu0zYCCNQlniN2lSpeIFdutKpVZZ9zGeyPOq6pzTUMYV-Zy3tJQ5il_whfl2O42b30FmawjS9gKn7EizCImAzmgTZQ7hqM8Y3lwK68wg3wTKzpRxALGuiUNQJHolH2PkPJmtEncRO5xHvt9/s4000/IMG_20220414_123502.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2250" data-original-width="4000" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiLP5K5KrZIHX6B0LATqduvT3uGELbZGQP33oK-PDevFWu0zYCCNQlniN2lSpeIFdutKpVZZ9zGeyPOq6pzTUMYV-Zy3tJQ5il_whfl2O42b30FmawjS9gKn7EizCImAzmgTZQ7hqM8Y3lwK68wg3wTKzpRxALGuiUNQJHolH2PkPJmtEncRO5xHvt9/s16000/IMG_20220414_123502.jpg" /></a></span></div><span style="font-size: small;"><br /><span style="font-size: medium;">Cuando viajé a una isla, en aquel remoto 2019, no podía imaginar que tardaría tanto tiempo en volver a alejarme de la tierra más próxima. Aquella vez la isla nos ofreció un lugar de reencuentros, de proyectos ilusionantes y de nuevas rutas que enseguida quedarían truncadas inesperadamente.</span></span><p></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">La tempestad que vino después nos dejó navegando solos. Durante mucho tiempo intenté buscar otra isla interior, una que ofreciera ese lugar tranquilo donde fuera posible sentarse y escribir mientras perduraba incesante la tormenta. Sé que muchos lo pudieron conseguir, pero yo no logré encontrar ese refugio, y seguí esperando que algún día amainara. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">Ahora, después de dos años sin apenas viajes ni apuntes en el diario de bitácora, he querido que uno de mis primeros destinos fuera una isla. Quería buscar otra vez esa sensación de alejarse de la costa, encontrarse en el medio del mar y percatarse de la necesidad de una isla. Y, al llegar al muelle, volver a sentir el suelo bajo tus pies. Allí, con un imprevisto sol de abril, esbocé estas notas, con la esperanza de que fueran un fragmento de un relato mayor, de un cuaderno que empecé a escribir en aquella isla lejana de 2019 y que, al poco tiempo, fui incapaz de continuar.</span><br /></p>Antonio Ríohttp://www.blogger.com/profile/18025177775176482858noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-361185769037006417.post-17896900582933579372020-10-17T15:01:00.003-07:002021-12-21T15:04:02.190-08:00Una Escuela en la Historia<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-MqEGnoaacdg/X4eBnDzfKxI/AAAAAAAA4Zo/jqu0VMzt1mYwsPMsY83XfopNEXoE_xUNgCNcBGAsYHQ/s1160/989.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1160" data-original-width="1160" src="https://1.bp.blogspot.com/-MqEGnoaacdg/X4eBnDzfKxI/AAAAAAAA4Zo/jqu0VMzt1mYwsPMsY83XfopNEXoE_xUNgCNcBGAsYHQ/s16000/989.jpg" /></a></div><p><br /></p><p style="text-align: left;"></p><blockquote><p style="text-align: left;"><span style="font-size: small;">«Una idea. Resistente. Muy contagiosa. <br />Una vez que una idea se ha apoderado del cerebro es casi imposible erradicarla. <br />Una idea totalmente formada y entendida se queda ahí aferrada.»</span></p><p style="text-align: right;"><span style="font-size: small;">Dominic Cobb, en <b>Origen</b> (Christopher Nolan, 2010)</span> <br /></p></blockquote><p style="text-align: justify;"></p><div style="text-align: justify;"><blockquote>E<span style="font-size: small;">l segundo texto que recupero enlaza con el anterior, compartiendo el origen en la documentación del concurso-oposición para una plaza de profesor, y sirviendo de introducción al proyecto de investigación propuesto, un estudio de los proyectos para la sede de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Coruña y de los distintos referentes proyectuales que se perciben al analizar pormenorizadamente esas propuestas.</span></blockquote></div><p></p><p style="text-align: justify;">La Escuela Técnica Superior de Arquitectura de A Coruña se creó en el año 1973. Cuatro décadas después, en su salón de grados, obtuve el título de doctor con la tesis «La recuperación de la modernidad en la arquitectura gallega», una investigación dirigida por José Ramón Alonso Pereira que daba continuidad a una línea de tesis doctorales destinada a explicar el desarrollo de la arquitectura moderna en Galicia a lo largo del siglo XX, iniciada por Fernando Agrasar Quiroga con la herencia del Movimiento Moderno en la Galicia de los años treinta y llevada después, por Miguel Abelleira Doldán, hasta los años de la autarquía.</p><p style="text-align: justify;">Una de las conclusiones de mi investigación afirmaba que el año 1973 había supuesto la consolidación del proceso de recuperación de la modernidad en la región, ratificándose con dos hechos colectivos fundamentales: la creación del Colegio de Arquitectos de Galicia —que daba forma institucional a las ideas que se habían gestado en los años previos—, y la creación de la Escuela de Arquitectura en A Coruña, la cual permitió organizar y articular el debate arquitectónico mediante un proyecto académico transmisible hacia el futuro a través de sucesivas generaciones de profesores y alumnos.</p><p style="text-align: justify;">La última parte de la tesis se dedicaba a analizar la concepción arquitectónica de la Escuela, desde su origen en las gestiones realizadas por la Fundación Pedro Barrié de la Maza hasta su materialización final, estudiando las sucesivas versiones propuestas por los arquitectos Juan Castañón Fariña, José María Laguna Martínez y Rodolfo Ucha Donate, así como la posible influencia del equipo asesor estadounidense contratado por la Fundación, conformado por John McLeod y Raymond Caravaty. </p><p style="text-align: justify;">Aunque en la tesis esa evolución quedó como algo secundario, enseguida surgió la oportunidad de desarrollarlo —gracias de nuevo a José Ramón Alonso—, como un tema específico, a raíz de la comunicación que presentamos al X Seminario DoCoMoMo Brasil, organizado en Curitiba en octubre de 2013 bajo el título de Conexiones Brutalistas 1955-1975. Este trabajo permitió iniciar una investigación más exhaustiva sobre los autores, el proyecto y sus influencias, que se expuso en varias conferencias y congresos posteriores. </p><p style="text-align: justify;">Durante esa puesta en común quedó patente el carácter didáctico del edificio y de sus referentes proyectuales, y las sugerencias recibidas me llevaron a plantear un proyecto de investigación que pudiera servir para explicar una parte de la arquitectura del siglo veinte usando la Escuela como punto de partida, a modo de homenaje cuando está cerca de cumplirse medio siglo desde su creación, y demostrando así que un edificio denostado por la comunidad académica —recuerdo que fue de las primeras cosas que varios profesores comentaban a los recién llegados al centro— también puede valer para aprender y enseñar arquitectura. </p><p style="text-align: justify;"></p><p style="text-align: left;"><br /><br /></p>Antonio Ríohttp://www.blogger.com/profile/18025177775176482858noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-361185769037006417.post-88981225557369097972020-10-13T15:56:00.004-07:002021-12-21T15:05:13.759-08:00Primer contacto<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-VcgrBW4YsX8/X4YvuZzsk5I/AAAAAAAA4ZQ/nb5wGyG_cYkf3-vQBsd3wjck7mL938XGgCNcBGAsYHQ/s2048/Thomas_Cole_-_Architect%2525u2019s_Dream_-_Google_Art_Project.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1258" data-original-width="2048" src="https://1.bp.blogspot.com/-VcgrBW4YsX8/X4YvuZzsk5I/AAAAAAAA4ZQ/nb5wGyG_cYkf3-vQBsd3wjck7mL938XGgCNcBGAsYHQ/s16000/Thomas_Cole_-_Architect%2525u2019s_Dream_-_Google_Art_Project.jpg" /></a></div><br /><p></p><div style="text-align: justify;"><blockquote><span style="font-size: small;"> «Pero ahora no estoy tan segura de creer en principios y finales. Hay días que definen nuestra historia más allá de nuestra vida, como el día en que ellos llegaron.»</span></blockquote></div><div style="text-align: right;"><span style="font-size: small;">Louise Banks, en <b><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/La_llegada">La llegada</a> </b>(Denis Villeneuve, 2016)</span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-size: small;"><span><a name='more'></a></span> </span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-size: small;"> </span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-size: small;"> </span><br /></div><div style="text-align: justify;"><blockquote><span style="font-size: small;">El enlace del periodo de confinamiento que se inició en marzo con la preparación de un concurso-oposición para una plaza de profesor defendida en septiembre provocó que este verano fuera de los más extraños que he vivido. Recupero ahora algunos de los textos escritos durante esa etapa, como los que dan comienzo a la documentación presentada en el concurso. El primero de ellos trata sobre la asignatura objeto del proyecto docente y mi experiencia al cursarla.</span></blockquote></div><p></p><p style="text-align: justify;"> </p><p style="text-align: justify;">La Escuela Técnica Superior de Arquitectura de A Coruña se creó en el año 1973. Un cuarto de siglo después, mientras comenzaba el Curso de Orientación Universitaria, tomé la decisión de estudiar arquitectura, rompiendo con la tradición familiar de varias generaciones dedicadas al magisterio en distintos niveles de enseñanza. Una ruptura que se produjo solo en parte, porque el interés por la docencia me llevó, al terminar los estudios de arquitectura, a continuar formándome como profesor, comenzando a ejercer esa tarea en octubre de 2007, al ser contratado por la Universidade da Coruña como interino de sustitución para dar clase en el mismo centro donde había cursado la carrera, impartiendo la asignatura de primer curso Introducción a la Arquitectura.</p><p style="text-align: justify;">Si en la ciencia ficción se emplea habitualmente el término «primer contacto» para referirse al encuentro inicial entre dos culturas que desconocen mutualmente su existencia, podría aplicarse como metáfora a mi encuentro con los estudios de arquitectura. Mi familia no tenía ninguna relación con el oficio y solo contaba con buenas experiencias en las asignaturas de bachillerato relacionadas con el dibujo y la historia, además de los consejos que me habían proporcionado algunos arquitectos y profesores universitarios al plantearles mis dudas sobre qué carrera escoger. Llegaba a la Escuela, por lo tanto, con muy poca información sobre lo que me esperaba.</p><p style="text-align: justify;">En ese primer contacto resultó fundamental la asignatura Introducción a la Arquitectura. El primer día de clase dejamos el aula y acompañamos al profesor hasta el extremo de dique de abrigo Pedro Barrié de la Maza, posiblemente el lugar más distante y extraño de la ciudad que podríamos imaginar para introducirnos en arquitectura. Desde allí comenzamos, todos juntos, a ver y pensar en arquitectura. A entender nuestro espacio y nuestro tiempo, y el papel que juegan esas dos variables en el devenir de la historia. </p><p style="text-align: justify;">Usando la historia como principal herramienta de aprendizaje, el curso académico que acompañó al cambio de siglo resultó esencial para comprender en qué consistiría la carrera de arquitectura y la futura vida profesional. Aquella asignatura que se había iniciado frente al puerto de A Coruña, terminó, de nuevo magistralmente, en el otro extremo de la ciudad, escuchando a Manuel de las Casas en el interior de la obra por la que acababa de ser galardonado con el Premio Nacional de Arquitectura.</p><p style="text-align: justify;">Ahora, dos décadas después de aquel inolvidable primer contacto, se presenta este proyecto docente para Introducción a la Arquitectura, confiando en que pueda servir para dar forma a un curso tan completo y enriquecedor como el vivido en mi propia experiencia como estudiante.</p><p style="text-align: justify;">Imagen: Thomas Cole, <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/The_Architect%27s_Dream">«El sueño del arquitecto»</a> (1840). <br /></p><p style="text-align: justify;"> </p><br /><p style="text-align: left;"><br /></p>Antonio Ríohttp://www.blogger.com/profile/18025177775176482858noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-361185769037006417.post-86916311017006818662020-05-09T12:30:00.002-07:002020-05-09T12:30:55.327-07:00Lejos de las librerías<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-b_V8ufN9Uv4/XrcC_Jx6inI/AAAAAAAA0kY/_o3G-wtWJ3gSAbe3byhd0YVf-yKQg6Z6ACK4BGAsYHg/pj-accetturo-XpD6Dkui-yg-unsplash.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2832" data-original-width="4256" src="https://1.bp.blogspot.com/-b_V8ufN9Uv4/XrcC_Jx6inI/AAAAAAAA0kY/_o3G-wtWJ3gSAbe3byhd0YVf-yKQg6Z6ACK4BGAsYHg/d/pj-accetturo-XpD6Dkui-yg-unsplash.jpg" /></a></div><div><br /></div><div></div><div>Resulta extraño el transcurrir de las semanas lejos de las librerías. Detenerse ante sus escaparates y recorrer curioso su interior descubriendo las novedades y aquellos títulos ya conocidos que permanecen en exposición, demandando otra oportunidad. Perderse sin rumbo entre secciones, portadas y conversaciones y volver a casa más dichoso, acompañado del deseo de regresar pronto.</div><div><br /></div><div>En 2013, el 41.º Premio Anagrama de Ensayo, se concedió a <a href="https://www.anagrama-ed.es/libro/argumentos/librerias/9788433963550/A_453" target="_blank"><i>Librerías</i></a>, de <a href="https://jorgecarrion.me/">Jorge Carrión.</a> Ese mismo año, la revista <i>El País Semanal</i> publicó un reportaje sobre las mejores librerías del mundo que se abría con su «Elogio a las librerías con historia». En él podía leerse: «Las buenas librerías son preguntas
sin respuesta. Son lugares que te provocan intelectualmente, que cifran
enigmas, que te sorprenden y te plantean retos, que te hipnotizan con
esa melodía —o cacofonía— que crean la luz y sus sombras, los anaqueles,
las escaleras, las portadas, la puerta al abrirse, un paraguas que se
cierra, movimientos de cabeza que dicen hola o adiós, la gente en
movimiento». Pocos autores han sabido reflejar como él la importancia y el interés de estos lugares. En su libro más reciente, <i>Contra Amazon</i>, sigue demostrando ese amor por las librerías —junto a las bibliotecas—, como escenarios fundamentales de nuestra educación sentimental. <br /></div><div><br /></div><div>Como él, me he descubierto a mí mismo persiguiendo librerías en mis viajes y situándolas a la altura de los grandes monumentos. Cada nueva ciudad suponía también revelar esos lugares, indagando primero a través de las recomendaciones de otros visitantes, buscando el consejo y la sabiduría de los que comparten esa fascinación, trazando la lista —posiblemente interminable— de mis librerías favoritas, muchas de ellas incluidas por el significado meramente personal más allá de su catálogo, belleza o categoría. Así, me resulta imposible recordar Roma sin la grandeza del local de <i>IBS</i> en la Vía Nazionale, —auténtico palacio de los libros—, o la <i>Strand</i> de Nueva York, igualmente impresionante aunque sin la monumental presencia barroca del caso italiano. <br /></div><div><br /></div><div>Son grandes locales que permanecen en la memoria, con usos diversos más allá de la compra de libros, como las distintas sedes de<i> La Central </i>en Barcelona y Madrid, junto a pequeños recintos inesperados como aquella librería en Londres próxima a Leicester Square que sirvió de agradable refugio en una lluviosa tarde de primavera y que, por mucho que lo he intentado, no he vuelto a localizar. Mis librerías tejen esa historia vital de momentos y anécdotas. En una villa al sur de Portugal, preguntaba por alguna cercana y me dijeron que, si apreciaba las librerías, tenía que visitar <i>Centésima Página</i>, en Braga, al norte del país. No tardé en hacerlo, descubriendo otro lugar mágico donde la ciudad y los libros se funden de una manera magistral. Lo mismo sucede en la acogedora librería <i>Arquivo</i>, en Leiria y, cuando vuelvo a Oporto, evito la escenografía masificada de <i>Lello e Irmão</i> —que prefiero en el recuerdo de hace décadas— y me retiro al ambiente íntimo de <i>Circo de Ideias</i>. Hace un año, visité por primera vez Las Palmas de Gran Canaria y allí me recomendaron la librería <i>Canaima</i>, permaneciendo como una de las mejores experiencias de aquel viaje. <br /></div><div><br /></div><div>Son recuerdos cercanos que durante estos días extraños se antojan tan lejanos. La última tarde antes de encerrarnos en casa, estuve en una librería, ignorando la distancia que nos separaría del próximo encuentro. Ahora espero regresar pronto, tanto a las más próximas como a aquellas que todavía no conozco.<br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div>Antonio Ríohttp://www.blogger.com/profile/18025177775176482858noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-361185769037006417.post-12013901337275534282020-04-12T15:24:00.001-07:002020-04-13T01:28:09.846-07:00Fuera del aula<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-Jg_zTnNGg7g/XpOTraK1E_I/AAAAAAAAzwM/thAszD7ZWh8BR5scut8uZeVW7By2trrWwCNcBGAsYHQ/s1600/daniel-chekalov-OxU08SFhPbI-unsplash.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1069" data-original-width="1600" src="https://1.bp.blogspot.com/-Jg_zTnNGg7g/XpOTraK1E_I/AAAAAAAAzwM/thAszD7ZWh8BR5scut8uZeVW7By2trrWwCNcBGAsYHQ/s1600/daniel-chekalov-OxU08SFhPbI-unsplash.jpg" /></a></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: small;">El pasado 12 de marzo se terminaron las clases presenciales de este curso. Hoy, un mes después, permanecemos en nuestras casas confinados y la docencia se ha trasladado a un sistema no presencial que nos acompañará hasta la finalización del curso. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
<span style="font-size: small;">En los últimos años participé en varios trabajos de investigación sobre el aula como espacio de aprendizaje. En ellos, analizábamos las múltiples relaciones entre las metodologías docentes y las estancias donde tenían lugar, reflexionando de manera colectiva sobre las distintas salas que usamos cotidianamente para dar clase y que ahora, de la noche a la mañana, hemos dejado de utilizar, de pensar y de sentir.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
<span style="font-size: small;">También reconocíamos el valor excepcional de lo que sucedía fuera del aula, de la capacidad de descubrir y despertar al aprendizaje al movernos al exterior, de los viajes inesperados y de las visitas guiadas, que tanto valoramos en nuestra formación y que, lamentablemente, este curso no llegamos a realizar.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
<span style="font-size: small;">Lo imprevisto se ha vuelto ahora nuestra obligada realidad cotidiana. Fuera del aula y dentro de casa he vuelto a pensar en la importancia de estar entre paredes: para aprender y para protegernos. Pero no es posible leer esas dos situaciones en continuidad inmediata. Varias personas ya lo han advertido estos días: no podemos actuar como si lo extraordinario fuera lo habitual, sin abrir ventanas hacia la dramática realidad inmediata, como si solamente vernos <span class="st">—a veces tan solo escucharnos</span><span class="st"> o leernos— a través de un dispositivo electrónico</span> pudiera reemplazar a la grandeza y utilidad de una clase en todas sus dimensiones y relaciones: formales, sociales y académicas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
<span style="font-size: small;">Curiosamente, una de las últimas personas que pude conocer en una clase presencial antes del confinamiento fue al profesor <a href="https://fernandotrujillo.es/" target="_blank">Fernando Trujillo</a>, de la Universidad de Granada. Entre las abundantes notas que tomé durante su seminario, me encontré con una remarcada: «Si la universidad no toma el control de su futuro, otros lo harán por ella». Lo insólito e imprevisto de la situación actual me ha llevado de nuevo a buscar esa sentencia, al recordar la inevitable </span><span style="font-size: small;"><span style="font-size: small;">«</span>naturalidad</span><span style="font-size: small;"><span style="font-size: small;">»</span> con la que hemos pasado a la teleformación universitaria.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
<span style="font-size: small;">Estos días he seguido leyendo atentamente las oportunas y precisas reflexiones de Fernando. Junto a ellas, ha habido otras voces que valoraron la implicación y el esfuerzo de docentes y alumnado, y nos recordaron las dificultades y las indeterminaciones que juntos intentaremos vencer. «Separados, pero no solos», como recordaba el <a href="https://time.com/collection/apart-not-alone/" target="_blank">New York Times</a> el pasado 26 de marzo, en este nuevo modo de aprender fuera del aula.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: right;">
<span style="font-size: small;">Fotografía: <a href="https://unsplash.com/photos/OxU08SFhPbI" target="_blank">Daniel Chekalov</a> </span></div>
Antonio Ríohttp://www.blogger.com/profile/18025177775176482858noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-361185769037006417.post-30727942515632789612019-11-23T15:10:00.001-08:002020-04-13T07:23:30.559-07:00La sonrisa<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div style="text-align: left;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-YJGV5hANDW4/XpQiVVaFhkI/AAAAAAAAzyY/J9mfjTEePQEZ7zwjIhBkoMhaOx4aJvwPgCNcBGAsYHQ/s1600/Paintings_06.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1181" data-original-width="985" src="https://1.bp.blogspot.com/-YJGV5hANDW4/XpQiVVaFhkI/AAAAAAAAzyY/J9mfjTEePQEZ7zwjIhBkoMhaOx4aJvwPgCNcBGAsYHQ/s1600/Paintings_06.jpg" /></a></div>
<br /></div>
<div style="text-align: right;">
</div>
<div style="text-align: right;">
<b>A Arantza. </b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Hace algún tiempo impartí clases de dibujo en una Escuela de Diseño Industrial. La asignatura, llamada Expresión Artística, tenía como objetivo dotar a los alumnos de la capacidad suficiente para dibujar a mano alzada —lo que se conoce comúnmente como bocetar—, entendiendo esta capacidad como básica y necesaria para su futura actividad profesional. Una de mis prioridades era que, más allá de los contenidos y competencias generales, cada estudiante lograse desarrollar su estilo propio y buscaran en los mentores la inspiración más que la imitación.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Al terminar cada curso hacíamos una salida a un museo de arte contemporáneo próximo para conocer de primera mano, y fuera de las aulas, propuestas relacionadas con el diseño, la pintura o el dibujo. Con esa intención visitamos la exposición «Puntos de pintura» en el Centro Torrente Ballester de Ferrol, una muestra de jóvenes artistas que presentaban obras recientes conectadas por el empleo del pequeño formato. Además, pudimos contar con la presencia de una de las participantes, que se ofreció amablemente a atender todas las consultas y comentarios de los asistentes.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Al terminar la visita le pedí si me permitía hacerle una foto junto a una de sus obras para la memoria anual de actividades académicas. Mientras se la tomaba me dijo: «Tengo que sonreir más, siempre me dicen que no sonrío en las fotos». Desde entonces hemos coincidido en ocasiones y hemos hablado de libros, arte y arquitectura, de retos y dificultades profesionales, y he seguido atentamente su trayectoria. Junto a los referentes mayores, siempre me ha parecido interesante aprender de aquellos de mi misma edad, y también más jóvenes, que son capaces de enseñar y cautivar con su trabajo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Recientemente, y con motivo de su <a href="http://www.arantzapardo.com/the%2525252520unknown.html" target="_blank">primera exposición individual</a> en Reino Unido, le hicieron <a href="https://www.globalgalicia.org/noticia/reino-unido/2019/09/30/metido-publico-dentro-cuadros-gracias-realidad-virtualano-portugues/0003_201909H30C8993.htm" target="_blank">una entrevista</a> para <i>La Voz de Galicia</i> en la que habló de su experiencia y de sus logros internacionales. Me alegré mucho de que todo el esfuerzo previo había tenido su recompensa y de que la fotografía que acompañaba la publicación, donde posaba delante de uno de sus lienzos, era la viva definición del empoderamiento de la artista y de la madurez sosegada, dónde aún permanece latente la ilusión y el deseo de seguir progresando. Pero, sobre todo, hubo algo que me regocijó al ver aquella imagen: en sus labios brillaba una sincera y espléndida sonrisa.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-mgQpw-I5gGs/XpQic3sqiyI/AAAAAAAAzyc/ZZLocREWyg0bV3n13iuGIk7wwZhSvGyjQCNcBGAsYHQ/s1600/HS30C2F2_23046.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="1280" src="https://1.bp.blogspot.com/-mgQpw-I5gGs/XpQic3sqiyI/AAAAAAAAzyc/ZZLocREWyg0bV3n13iuGIk7wwZhSvGyjQCNcBGAsYHQ/s1600/HS30C2F2_23046.jpg" /></a></div>
</div>
<div style="text-align: right;">
Fotografía: Chris Saunders</div>
Antonio Ríohttp://www.blogger.com/profile/18025177775176482858noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-361185769037006417.post-76483132542335162272019-09-08T15:40:00.000-07:002020-04-13T07:31:32.563-07:00Laboratorio de dudas<div style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-geEyMySJXgo/XpR3mDPGp4I/AAAAAAAAzys/7Q-3zyrjc-I7_UID1dsBZmLS8MzGmoK8gCNcBGAsYHQ/s1600/kelly-sikkema-Lob1IJzGNAE-unsplash.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1060" data-original-width="1600" src="https://1.bp.blogspot.com/-geEyMySJXgo/XpR3mDPGp4I/AAAAAAAAzys/7Q-3zyrjc-I7_UID1dsBZmLS8MzGmoK8gCNcBGAsYHQ/s1600/kelly-sikkema-Lob1IJzGNAE-unsplash.jpg" /></a></div>
<br />
Como cada inicio de curso, los días previos al comienzo de las clases se llenan de tareas de organización y preparación de materiales: calendarios, presentaciones, páginas web... mientras que se verifica que todas las herramientas están actualizadas y listas para su funcionamiento. Resulta difícil encontrar un momento para descubrir la chispa inicial que sirva para encender las ganas por aprender, por sorprender, por emocionar, cuando quizá eso debería ser lo más importante.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Llevo varios años, —creo que desde mis inicios como profesor universitario—, impartiendo asignaturas de primer curso. Siempre me ha parecido una tarea muy estimulante y enriquecedora acompañar en los primeros pasos de la carrera. El curso inicial está lleno de dudas, y poder convertir esas dudas en un motivo para seguir adelante, en un laboratorio donde poder experimentar y crecer, ha sido una preocupación constante y una exigencia fundamental, aunque esa no esté entre las rutinas mencionadas anteriormente.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Porque cada nuevo curso es un escenario distinto, un lugar donde se dan unas condiciones prefijadas: aulas, horarios, plan de estudios... pero donde la capacidad de transformación, de adaptación y de revisión de todo lo realizado previamente debe estar al orden del día. Y mucho más en el primer contacto que se produce con los estudios, que probablemente nos esté sirviendo también como primer contacto con la vida profesional posterior en la que nos vamos adentrando. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Precisamente, en una de las lecturas casuales de estos días, me encontré con que Juan Gómez-Jurado hablaba del <a href="https://www.diariosur.es/opinion/disfrute-ignorancia-20190907000344-ntvo.html" target="_blank">disfrute de la ignorancia</a>. Y, aunque pueda parecer lo más lejano a un método pedagógico defender la ignorancia al adentrarse en una dinámica académica, pienso que ese disfrute debería servir de norma esencial en el laboratorio en el que vamos a trabajar todos juntos. Y suscribo las palabras con las que Gómez-Jurado termina el artículo:</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<blockquote class="tr_bq">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: small;">«Yo he encontrado dentro de mí una hermosa revelación. La alegría de la
ignorancia. Cuanto más ignorante me descubro en muchos temas -incluso en
aquellos, pocos, en los que soy un experto-, más feliz, más liberado me
siento. Cuando descubres que no tienes que tener una opinión inmediata y
categórica sobre todo, y mucho menos la obligación de expresarla, la
vida se convierte en un maravilloso disfrute, que espero que empiecen a
compartir pronto muchos compañeros y compañeras.»</span></div>
</blockquote>
<div style="text-align: right;">
Fotografía: Kelly Sikkema </div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
Antonio Ríohttp://www.blogger.com/profile/18025177775176482858noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-361185769037006417.post-32867140599705559982019-09-01T10:45:00.001-07:002020-04-13T07:45:15.767-07:00La sala de escultura<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-bH1Hy4WcEFQ/XpR672igVvI/AAAAAAAAzy4/b8EN7BptjwU9kYZ8ZMbYnTQIf8v_zqA8QCNcBGAsYHQ/s1600/Pergamon%2BMuseum__MG_4937_c_G%25C3%25BCnter%2BSteffen_DL_PPT_0.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1121" data-original-width="1600" src="https://1.bp.blogspot.com/-bH1Hy4WcEFQ/XpR672igVvI/AAAAAAAAzy4/b8EN7BptjwU9kYZ8ZMbYnTQIf8v_zqA8QCNcBGAsYHQ/s1600/Pergamon%2BMuseum__MG_4937_c_G%25C3%25BCnter%2BSteffen_DL_PPT_0.jpg" /></a></div>
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Hace tiempo, en una visita al <a href="https://www.smb.museum/en/museums-institutions/pergamonmuseum/home.html" target="_blank">Museo de Pérgamo</a>, recorriendo la sala de escultura clásica, nos encontramos de repente sin nadie alrededor. En silencio, una luz suave entrando por las ventanas creaba una atmósfera mágica, como un momento congelado en la eternidad que hacía del encuentro con la historia del arte algo irrepetible.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La situación vivida en Berlín contrasta con otra más reciente en la <a href="https://www.uffizi.it/" target="_blank">Galería de los Uffici</a>. Interminables colas y una corriente de personas que nos arrastraba de una sala a otra, volviendo prácticamente imposible dedicar unos minutos a ver con tranquilidad no solo las grandes obras de la colección, si no también aquellas que descubres y te conquistan al momento, las que realmente hacen que valga la pena el paseo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-ke-7NDqxl8Q/XWwBECMMTlI/AAAAAAAAumY/QKg2sE8qmEwLeNah5k50Egbr77WHcP0ewCLcBGAs/s1600/Fe101373.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="838" data-original-width="1280" src="https://1.bp.blogspot.com/-ke-7NDqxl8Q/XWwBECMMTlI/AAAAAAAAumY/QKg2sE8qmEwLeNah5k50Egbr77WHcP0ewCLcBGAs/s1600/Fe101373.jpg" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span class="oedJWe">Thomas Struth: Pergamon Museum IV, Berlin </span></td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Los museos, sobre todo los grandes museos, han dejado de ser un lugar de reflexión y descubrimiento para convertirse en itinerarios de verificación. Lo describe muy bien Estrella de Diego en su libro <a href="https://www.catedra.com/libro.php?codigo_comercial=163054" target="_blank">Rincones de postales</a> (Cátedra, 2014) cuando habla de los visitantes de museos: «No solo son ahora mucho más abundantes, sino mucho más distraídos, piensan en sus cosas incluso mientras el guía o la autoguía, muy popularizada, va explicando las salas. Da lo mismo lo que tengan delante: nada consigue atraparles genuinamente».</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La masificación del turismo posee en esos museos uno de sus puntos críticos, con arquitecturas pensadas para una determinada función y capacidad, que son revisadas y reconvertidas para la creciente demanda. Un proceso que hace anhelar la de las fotografías de <a href="https://www.fernandomaquieira.com/guia-nocturna-de-museos-2/" target="_blank">Fernando Maquieira</a> en su serie «Nocturna»: un recorrido solitario por salas de todo el mundo durante la noche.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-tV4ghktdH-0/XWwAq7PX6QI/AAAAAAAAumQ/NsLcOr6xSDc1KbMug_nuNRYORkVYPyjwwCLcBGAs/s1600/DFU3giVV0AAoqqr.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="817" data-original-width="1200" src="https://1.bp.blogspot.com/-tV4ghktdH-0/XWwAq7PX6QI/AAAAAAAAumQ/NsLcOr6xSDc1KbMug_nuNRYORkVYPyjwwCLcBGAs/s1600/DFU3giVV0AAoqqr.jpg" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Fernando Maquieira: Nocturna</td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
«Cuando Platón definió el amor como un “penetrar en belleza” debió haber añadido que se trata siempre de una belleza distraída, sorprendida en su ministerio», escribió Javier Gomá Lanzón en<a href="https://elpais.com/cultura/2012/05/02/actualidad/1335954398_315703.html" target="_blank"> un artículo</a> sobre la perversión del turismo masivo, y José Ramón Hernández Correa dedicaba dos <a href="http://arquitectamoslocos.blogspot.com/2019/07/el-recopetin.html" target="_blank">entradas recientes</a> en su blog al mismo tema, ejemplificado en el caso de La Gioconda: «Es más importante no decepcionar al público y no ofrecerle
algo distinto a lo que está acostumbrado a ver que mostrar la verdad y
proteger la obra».</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Seguramente hoy ya resulta imposible la visita solitaria a aquella sala de esculturas, igual que lo es a muchos monumentos e incluso a pueblos y ciudades. Nos queda la esperanza de que, aun variando el viaje, permanezca la posibilidad de la sorpresa, del descubrimiento y del recuerdo imborrable.</div>
Antonio Ríohttp://www.blogger.com/profile/18025177775176482858noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-361185769037006417.post-6465553716464377422019-08-25T08:52:00.000-07:002020-04-13T01:31:30.400-07:00Ruinas pasajeras<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-xOjCjJaWIts/XWKuKE05V-I/AAAAAAAAuYY/lZMLKDAAFZcHk4EDN9PR5UOohxY6vspcQCLcBGAs/s1600/694f2edd9a1b9895ebe0326786308982.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1098" data-original-width="1600" src="https://1.bp.blogspot.com/-xOjCjJaWIts/XWKuKE05V-I/AAAAAAAAuYY/lZMLKDAAFZcHk4EDN9PR5UOohxY6vspcQCLcBGAs/s1600/694f2edd9a1b9895ebe0326786308982.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: small;">Durante cuatro años, entre 1950 y 1954, <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/%C3%81lvaro_Cunqueiro" target="_blank">Álvaro Cunqueiro</a> publicó en el periódico <a href="https://www.farodevigo.es/" target="_blank"><i>Faro de Vigo</i></a> una serie de artículos denominada «El pasajero en Galicia». Se trataba, más que de una guía de viaje, de un recorrido personal por la historia, la tradición y la mitología de la geografía gallega. Partiendo de los lugares reales, Cunqueiro desplegaba todo su conocimiento y erudición para trasladar al lector a geografías muy distantes, incluso imaginarias.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: small;">Como él mismo reconocía, en el pasaje dedicado a <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Ortigueira" target="_blank">Ortigueira</a>: «me encuentro con que los años me han hecho dueño, casi sin enterarme, de una memoria confusa y sentimental, en la que, cada día, aumenta en extensión y tinieblas el laberinto en el que me pierdo».</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: small;">En el volumen publicado por <a href="https://www.planetadelibros.com/libro-el-pasajero-en-galicia/90254" target="_blank">Tusquets</a> en 1989 bajo el mismo título que el escogido por Cunqueiro, César Antonio Molina —</span><span style="font-size: small;"><span class="st"><span style="font-size: small;"><span class="st"><span class="st">autor de la selección y el prólogo y </span></span></span>otro de los grandes nombres que han descifrado de manera magistral los lugares que han conocido</span><span class="st"><span class="st">—, advierte que </span></span><span class="st"><span class="st">«en la mayoría de los casos sus reflexiones no pertenecen al presente desde el cual escribe, sino al pasado real o reinventado por él mismo. Cunqueiro, fundamentalmente, nos habla de las ruinas del mundo, en este caso el más cercano a sí mismo».</span></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: small;"><span class="st"><span class="st">La atracción por las ruinas es recurrente en varios de los textos, aunque es en el dedicado al <a href="http://www.monasteriodesobrado.org/" target="_blank">monasterio de Sobrado de los Monjes</a> —convertido entonces en una colosal ruina romántica—, donde descubre la lección de las ruinas: </span></span><span class="st"><span class="st">«Lección que trasciende de la arqueología al ser y al estar del hombre en la Historia: solo en las ruinas hay respuestas: quizás las ruinas sean en sí mismas la única respuesta. No está muerto, dice Heine, repitiendo lo que dicen en Westfalia, todo lo que está enterrado...».</span></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span class="st"><span class="st"><span style="font-size: small;">Lo que el autor mindoniense no podía imaginar al recorrer los claustros devorados por la vegetación es que, poco tiempo después, el monasterio sería completamente reconstruido y la ruina ignorada, quedando como otro momento pasajero en la memoria y en la melancolía, como otro lugar ficticio. </span></span></span></div>
Antonio Ríohttp://www.blogger.com/profile/18025177775176482858noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-361185769037006417.post-63468875288727554702019-08-17T23:30:00.000-07:002020-04-13T01:31:59.485-07:00Triaje<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-6YU7bjORqzA/XVm8zNyk_XI/AAAAAAAAuQE/-iijYiTQgHYZpohTsMnY-npIK8cFji7dACLcBGAs/s1600/default4.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1170" data-original-width="1600" src="https://1.bp.blogspot.com/-6YU7bjORqzA/XVm8zNyk_XI/AAAAAAAAuQE/-iijYiTQgHYZpohTsMnY-npIK8cFji7dACLcBGAs/s1600/default4.jpg" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<blockquote class="tr_bq">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: small;">«El pecio estaba lleno con un conglomerado flotante de restos congelados que pendían en el interior de la nave destruida como la fotografía instantánea de una explosión. La mínima atracción gravitacional que los trozos de escombros ejercían unos sobre otros los iba conglomerando lentamente en racimos que rompía al pasar el único superviviente todavía con vida en el pecio: Gulliver Foyle, AS-128/127:006»</span></div>
</blockquote>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
<div style="text-align: right;">
<b>Alfred Bester</b>: <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/The_Stars_My_Destination" target="_blank">Las estrellas mi destino</a> (1957)</div>
<br />
<br />
Han pasado tres años desde que escribí el último texto en un blog personal, el 17 de agosto de 2016, tomando el título de los «Cuatro cuartetos» de T. S. Eliot: en mi fin estaba mi principio. Esa posibilidad ha quedado latente durante todo este tiempo, perdida entre fragmentos demandados por la urgencia de un triaje que siempre la relegaba a la sala de espera.<br />
<br />
Hoy he decidido darle una nueva oportunidad a los escritos supervivientes: a aquellos que surgen de manera espontánea e imprevista y que, después, quedaban abandonados entre los escombros, bajo un nuevo formato que sirva, en continuidad con aquella experiencia pasada, para empezar de nuevo y, como siempre, para poder disfrutar de los comienzos.<br />
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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Antonio Ríohttp://www.blogger.com/profile/18025177775176482858noreply@blogger.com